La noche del sábado no importó
todo lo que se ha dicho de Espinoza Paz, que si ya se le subió, que si cobra
las canciones antes de que las graben, que si ya ni siquiera saluda a la gente
con la que convivía hace algunos años cuando era conocido mas por su verdadero
nombre Isidro Chávez Espinoza…
La Plaza de Toros México estuvo
casi llena para escuchar y cantar las canciones del oriundo de Angostura
Sinaloa, y las cantaron todas a todo pulmón, realmente sorprendida quedé cuando
los de enfrente y los de atrás de mi, junto con los más de 40 mil enloquecieron
en cuanto apareció en el escenario.
El clásico “¿compras o vendes
boletos?” sólo lo escuché dos veces, porque en mi camino hacia mi asiento, lo
que escuché fue “¿vendes boletos?”… así que no fue una sorpresa encontrar el
lugar casi lleno.
Abrió el concierto cantando uno
de sus temas acompañado a voz y piano por Aleks Syntek, a quien siguieron los
invitados, Alejandra “La Guadalajareña” y Don Óscar, participantes de la Voz
México, María José que incluso se hincó ante Espinoza para darle las gracias… y
para cerrar “las visitas” Paulina Rubio a quien no le fue tan bien como ella
hubiera esperado.
“Me voy” es la canción que
cantaron en versión pop, muy poco afortunadamente por primera vez, desde el
ángulo donde me senté no alcancé a ver que le dijo Paulina a “Espi”, pero él le
contestó “No importa”, acto seguido le pidió a los músicos que la volvieran a
tocar … ahora en versión acústica… a ver si no se le olvidaba en esta ocasión
la letra.
Y por si eso no fuera poco va una
tercera vez pero ahora con banda… ¿por qué no?.
La Chica Dorada se ganó un
abucheo total de Plaza México, yo incluida por supuesto, no iba a dejar pasar
la oportunidad… pero Espinoza Paz la salvó, porque distrajo la atención del
abucheo y rechifla empezando a cantar “El
Próximo viernes”.
Otro de los detalles que hizo especial
la noche para el sinaloense, fue la entrega de 9 discos por altas ventas y vino
de manos de Raúl “El Gordo” De Molina… a quien el presentador llamo Antonio de
Molina.
Y como era de esperarse la gran
invitada de la noche fue su abuela, la que lo llena de cariño y le hace
tortillas de maíz (así lo dijo), la pobre santa señora, subió con dificultades
al escenario para que su nieto el que finalmente le cumplió el sueño de comprarle
casa, le cantara la canción “Mujer”.
Ver todo esto sólo me hizo entrar
en proceso ansioso, pues la abuela luchaba con su pashmina para taparse del
frío de 9° C que hacía esa noche y además la hizo llorar… eso me parece
innecesario.
Muchas son las cosas que me han
tocado escuchar y leer en contra de Espinoza Paz… pero en contra de todos esos
comentarios le fue de maravilla, el lugar estuvo casi lleno y él acompañado de
gente que lo quiere porque se deshicieron en halagos.