Entre tanta telenovela fea, una que si emociona

Particularmente no soy fan de Edith González como actriz, sobretodo por la expresión de no rompo un plato que le da a TODOS sus personajes, ni uno sólo cambia, pero bueno, he de confesar que en esta ocasión me gusta la telenovela en la que está participando… Cielo Rojo.

Es el melodrama clásico en el que no dejan que los protagonistas “Alma” (Edith González) y “Andrés” (Mauricio Islas) por muchos obstáculos no pueden vivir ni disfrutar su amor, que fue el primero, el de adolescentes.

Los padres de “Andrés” lo mandaron a estudiar lejos del pueblo y la madre de éste se encargó de que las cartas que le escribía a su “Alma” no se las dieran cuando llegaran y aleccionó a la dueña de la fonda donde trabajaba ella para que siempre que el llamara se la negara.

Después de 5 años de esperarlo, decide casarse con “Víctor” (Ramiro Huerta) que en el primer capítulo nos enteramos que es alcohólico y diabético, condiciones que le impiden tener vida íntima con su mujer y por eso es violento con ella y la golpea a la menor provocación.

Con las cosas así regresa “Andrés” y creyéndola lejos de ahí… cuando se ven porque va a venderle sus tierras al marido de su amada, todo resurge entre ellos… Sin tener en cuenta que “Lucrecia” (Andrea Noli) ya está embarazada del recién llegado.

Con todo esto dicho, debo confesar que me parece buena la telenovela y como no si Elisa Salinas está asesorando esta producción y ella si sabe de melodramas, ya va en el tercer capítulo y va bien… interesante, esos nudos en la trama y esas trabas a los protagonistas para vivir su amor.

Pero eso no le quita los errores como que en el primer capítulo para todo Edith hablaba con “pos” y “pa”, además se supone que viven en un pueblo apartado de toda civilización donde ella no tiene familia y debe valerse por sí sola antes de conocer a su marido y trabajaba como mesera en uno de los restaurantes del pueblo, pero eso si luce unos vestidos hermosos que fue a comprar la actriz a París en compañía de Elisa Salinas, que en palabras de la rubia “la consintió mucho”.

Curiosamente el “detalle” de pos y pa al segundo capítulo ya se le olvidó y como si nada hubiera pasado… Otra cosa que no ayuda en nada es el uso de pelucas tan feas, como en el caso de Andrea Noli, que se le nota que no la han cepillado en un buen tiempo, sino es que nunca.

Salvo pequeños detalles en la producción… va muy bien la telenovela

Ni a cual irle

¿Qué sucedió?, ¿en qué momento decidieron que regresar los Talk Shows era la mejor opción?... Si ya los habían sacado del aire y descansábamos de éste tipo de manipulación de las “historias”.

Desafortunadamente están de regreso y yo espero que no sea como en anteriores ocasiones que con el surgimiento de uno, terminamos teniendo muchos, “Cristina”, “Laura de América”, “Cosas de la Vida”, “Hasta en las Mejores Familias”, “Martha Susana” y otros más.

Hoy empezó de nueva cuenta el programa de Laura Bozzo, ahora por el canal de las Estrellas a las 4pm, justo el mismo horario de “Ella es Niurka” que presentó a Niurka Marcos como conductora del canal 13.

Bozzo hizo gala de lo que hace desde hace muchos años y que ha aprendido a hacerlo de la mejor manera para que de cómo resultado alto puntaje en rating, razón por la que las televisoras se la pelean.

Ella sabe manejar al público, interrumpe cuando debe, sube y baja el volumen de voz dependiendo de lo que quiere lograr, sabe cómo conducir y tiene años de entrenamiento, así que logra pasar de un tema a otro sin ningún problema.

A esto se le suma que la gente la identifica perfecto como “Señorita Laura” la que grita “Que pasaaaaaase el desgraciado”. Éste grito tan característico de la peruana ahora hasta canción tiene y cada vez que ella pide que pase el sujeto, ponen la música.

Además tiene el apoyo de Fundación Televisa que va resolviendo las necesidades de los invitados, como los del programa que vi, a un chico sin pierna le regalaron una prótesis y a una familia le regalaron una casa.

Todo esto pone en clara desventaja a Niurka recién inicia como conductora sin saber dónde estaban los pies ni donde estaba la cabeza… le avisaron el viernes que el lunes iniciaba en ésta nueva aventura.

Niurka es guapa y tiene carisma, pero ni su físico ni su carisma la salvó del desastroso programa que presentó, donde todos los comentarios terminaban en “yo te comprendo porque a mí me pasó…” tal o cual cosa, todo aterrizaba en ella.

Pero no sólo fue ella la de los errores, al aire se escuchaba una voz femenina que presumo era de la productora Magda Rodríguez quien le decía lo que seguía o si se le olvidaba un nombre de sus invitados se los recordaba, que no está mal que lo hagan, lo malo es que esa voz que todos escuchamos debería de escucharla sólo Niurka.

Uno de los grandes problemas de ésta emisión fue que desde que empezó el programa prometió algo que nunca cumplió, arrancó el programa con el expediente del caso Kalimba en las manos diciendo que eran los únicos que lo tenía… pues si, sólo ellos porque a los espectadores jamás nos los compartieron.

Otro error fue tener tanta gente en un mismo programa que se llamó “Kalimba 180°”: las invitadas, Thaily, la mamá de Thaily, la vecina de Daiana (la que lo demanda por violación) a quien primero presentan de cuerpo completo y todos la vimos, pero después cuando la sientan su imagen es borrosa porque pidió que no se viera su rostro… demasiado tarde.

De un lado tenía a tres expertos; uno en leyes, otro en periodismo de espectáculos y otro más en imagen. A quienes se le sumaban del otro lado Tere Bermea, Rubén Carbajal y María José Suárez que más parecían expertos en moralidad.

Tere Bermea en las pocas intervenciones que tuvo pareciera que quería ser ella la titular del programa ante la desesperación que le causaba Niurka al no tener rumbo, al pobre de Rubén Carbajal hasta le tocó que lo callara.

Aunque no nos gusten estos temas o éste formato de programa, la realidad es que ya están de regreso, se fue Cristina pero ahora nos deja a Laura Bozzo, Rocío Sánchez Azuara y Niurka. Esta última la menos agraciada de las tres en la conducción.